25 de julio de 2017

Camino de Santiago (Camino Francés)


Llevaba años queriendo hacer el Camino de Santiago y a falta de compañía y en mi nueva encontrada faceta independiente, decidí hacerlo solo.

Mis motivos para realizar este viaje quedan lejos del peregrinaje religioso original que comenzó en la Edad Media. Mi propuesta era un reto físico y en cierto modo mental, de superar esa dependencia de estar acompañado todo el tiempo, de aprender a estar conmigo mismo y disfrutar de unas vacaciones de una manera diferente, viviendo una aventura de la que esperaba aprender e inspirarme para seguir escribiendo.


Planear la ruta y conocer tus limitaciones


Antes de planear un viaje hay que aprender sobre el sitio, y más importante en el Camino, la ruta que se va a coger. Yo no soy persona de improvisar cosas, ya que me estresa solo el pensarlo. Si lo hacía, lo hacía bien.

Nuestro amigo Google nos dará como primer resultado de la búsqueda la mejor y más completa página sobre el Camino de Santiago, la web de Eroski. Su aplicación para el móvil te puede sacar de un apuro cuando surgen dudas en bifurcaciones.

Teniendo en cuenta que era mi primera vez andando de tan seguido, me decidí por escoger el Camino Francés, ya que es el más conocido y pensé que tendría más facilidades que si estaba más aislado. Sí, todos hemos oído sobre la masificación de esta ruta y de que no es lo mismo bla bla bla. Me da igual. A ver si todos tenemos que ser hipsters aquí y elegir lo que menos se hace.

Como su nombre indica, el Camino Francés empieza desde Francia, consta de 940km y se divide en 37 etapas. Vamos a ver, ¿estamos locos? Yo ni soy jubilado ni dispongo de ilimitadas vacaciones para tomarme más de un mes para hacer esto, ni lo aguantaría. Me considero una persona en buen estado físico, voy al gimnasio a menudo y doy clases de Zumba para mantenerme en forma, pero las piernas de palo que tengo no son mi punto fuerte, llámelo constitución (prometo que hago ejercicios de piernas en el gimnasio, pero no coge igual, oiga).

Leyendo sobre el Camino aprendí que como mínimo hay que andar 100km (a pie) para que te den la Compostela, que es un diploma que da la Oficina de acogida al peregrino una vez llegas a Santiago para reconocer que lo has hecho legítimamente. Ya que se hace, al menos obtener un reconocimiento. Y para que te lo den, necesitas que te sellen la Credencial del Peregrino (izquierda) al menos dos veces durante cada etapa y presentarla en la oficina. Es como un pasaporte que acredita que has pasado por ciertos puntos. En el enlace hay más información de cómo conseguirla. Puesto que yo vivo en un pueblo de Gales, no tengo la iglesia de turno a mano para que me la den, así que el primer hostal en el que me alojaba antes de empezar el Camino me la consiguió por el módico precio de 2€. Si tenéis la opción y podéis elegir, ¡comparad! Hay algunas mucho más chulas que otras y al fin y al cabo es un recuerdo.

Credencial por dentro. Muy importante que a cada sello
acompañe una fecha. Si no la lleva el sello, ponla tú.

Preparativos


Lo que más me ayudó para prepararme fue ver vídeos en YouTube sobre personas que habían hecho el Camino. Gracias a ello me hice una lista con cosas que hay que llevar. Si queréis ver la lista pasad a Conclusiones, porque una vez acabada la experiencia tuve una idea más general de lo que de verdad hace falta.

Si no sois personas de hacer deporte, aconsejo andar durante periodos largos para aprender cómo tu cuerpo reacciona a tal ejercicio. A veces te crees que te va a salir una ampolla aquí pero luego resulta que te duele la rodilla. Mejor saber estas cosas por adelantado que enterarte allí, pero tampoco es imprescindible (depende de tu salud).



Planning
En mi afán de controlarlo todo, me hice una hoja de Excel para apuntar el plan de ida y vuelta, etapas, alojamiento y similares. Para pasar la noche hay varias opciones:

  • Albergues públicos: abren sobre las 12 y hay que llegar allí pronto para coger plaza, ya que no se puede reservar. Se paga la voluntad (pero qué mínimo que 5€). Por lo general no hay mucha diferencia con algunos privados, pero por lo que me dijeron, a partir de Sarria los públicos están algo sucios. Depende de tu preferencia, tolerancia y lo campechano que seas.
  • Albergues privados; se puede reservar con antelación. Yo reservé todas las noches menos una (que no encontré) en albergues privados, mediante contacto directo. Algunos contestaron al email y luego tuve que confirmar acercándose la fecha, otros tuve que llamar por teléfono y otros aún estoy esperando a que contesten. En contacto directo te salen a unos 10€ la noche (baratísimo). Ni se os ocurra usar booking.com u otras plataformas similares, que cobran más.
  • Hostales/hoteles; por lo que escuché, salen como a 30-40€ por habitación. No hay tantos como albergues, pero si uno se quiere dar un lujo o no se puede amoldar a lo básico, es otra opción.


Día 0: Llegada a Sarria



A 6 minutos andando de la estación de tren, este limpio y agradable albergue proporciona sábana bajera y funda de almohada desechables. Por suerte, me pusieron en una habitación de tres en vez de con un grupo de escolares que había en la grande. El wifi era bueno incluso en la habitación. 

Pasé por un Mercadona de camino y me compré unos frutos secos, por si acaso, cena y desayuno. Luego acabé cenando a la fresca mientras la señora planchaba y hablamos de todo un abanico de temas de actualidad. Fue una escena muy almodovariense. Echaba de menos España.

Patio interior del Albergue San Lázaro

Presupuesto

  • Desayuno en Bar el Pavón (La Latina, Madrid): 4 tostadas (sí, desayuno mucho porque es la comida más importante del día, qué pasa) y un capuchino con leche de soja = 4€
  • Comida en el tren Alvia de RENFE: bocadillo tostado de tortilla de patata (de puta madre), bolsa de patatas o Kit Kat y bebida = 8,40€
  • Cena del Mercadona = 3€
  • Albergue = 10€
  • Total gastado Día 0 = 25,40€




Día 1: Sarria - Portomarín (22,05km)



Hola, bebés
Esparadrapo alrededor de los tobillos y vaselina bien untada en los pies antes de ponerse los calcetines. Así comenzaba la jornada.

Mi primer día de usar los palos de andar fue como un primer beso. No sabes cómo colocar las bocas pero al final todo encaja. Es la diferencia entre subir una pendiente y que la mochila se te vaya para atrás, porque el apoyo lo pones delante, ayuda no solo a subir, sino a bajar cuestas, estabiliza en terrenos dificultosos... Son la salvación. Mucha gente no los lleva, pero yo los recomiendo 100%.

La chaqueta cortavientos me la puse porque hacía fresco pero me duró 5 minutos. Y desmonta la mochila, métela, vuelve a ponértela...

La gente no paraba de decir "Buen Camino" y me estaba enervando. Al principio parecía amable, pero tener que decirlo cada dos por tres, incluso cuando es gente que te ha adelantado o los has adelantado varias veces, me parece de lo más absurdo. Aunque no quisieras decirlo lo tenías que decir de vuelta, si no parecías un maleducado. ¡Dejadme en paz, seres sociales, que he venido aquí a disfrutar de la naturaleza y de mi tiempo! Parecía que hubiesen venido con el único objetivo de mirarte fijamente a la cara para decir la dichosa frase.

Una bajada empinada indicaba que la meta estaba cerca. Un hombre estaba bajando haciendo eses, y aunque parecía ridículo, ayuda a no tirar de rodillas, que las lesiones llegan luego. Más tarde adoptaría esa técnica mientras los demás pensarían que yo era el ridículo.
Estuvo nublado todo el día, así que fui muy fresquito y muy a gusto.

La primera etapa se me pasó más pronto de lo que esperaba y aunque había cuestas, no me resultó cansina. Traté de no mirar la hora o los kilómetros hechos en mi Fitbit. Saliendo a las 6 pasadas, llegué antes de las 11. Y eso que paré un rato a desayunar al lado de una fuente. No me gustaba que me adelantasen, así que quizá fui demasiado rápido, temiendo también que se me hiciera tarde y saliese el sol (¡yo calculaba 7 horas de andar!). Tenía que disfrutar más y tomármelo con tranquilidad... Y dejar mi orgullo e instinto competitivo para otro momento. Aunque esa señora con patas de pájaro que me adelantó como una bala y ya nunca la volví a ver, se la tengo guardada 😒... ¡Para, Fran!

Llegada a Portomarín. Más escalones ¡bien!




















Al llegar tan pronto a Portomarín, me di una vuelta y me comí un bocata de calamares al lado de la Iglexa de San Xoán de Portomarín, que fue movida piedra por piedra cuando construyeron el embalse, cágate.

Por la tarde, después de presumir con mis amigos que no tenía ampollas, me di cuenta que la uña del dedo gordo del pie estaba morada y la carne de abajo inflamada. La de la derecha tenía una parte igual, pero no tanto. Mi mente me decía "no puede ser", porque había tenido una factura en el dedo hacía años y se hacen de la manera más tonta. Viendo que me costaba un poco de mover el dedo, me fui a una farmacia a preguntar. Lo bueno era que no estaba fracturado, lo malo era que me había salido una ampolla debajo de la uña porque el dedo golpeaba con la zapatilla. ¡Y eso que llevaba dos tallas más! Me dio un par de fundas de silicona para los dedos gordos y tenía que usarlas todos los días. En teoría se reabsorbería, pero la uña estaba bastante morada y... ¡podría acabar cayéndose! Por la noche me corté las uñas para que tocara menos (atención, detalles escabrosos), pero empezó a salir sangre de debajo. Se notaba alivio de la presión, pero no paraba de sangrar. Abrí el minibotiquín y usé una toallita desinfectante y una venda para taparlo. Yo no dejaba de pensar en si ese era mi humillante final, después de un día solo, y me tenía que volver a casa.

Para rematar, unas mujeres americanas me dijeron que un hombre de mi misma edad había muerto de deshidratación intentado acabar una etapa sin descansar hacia el final, con la ola de calor que hizo la semana anterior. La hidratación no es para tomársela a broma y recomiendan descansar en los últimos kilómetros aunque quede poco para llegar.


Aparte de las americanas, que eran majísimas, conocí a otra chica, Gema, que me cayó muy bien y viajaba sola como yo. Esperaba encontrar a más gente de nuestra edad y yendo solos, pero la verdad es que no había casi. No les pedí el teléfono porque estaba seguro que las vería a todas más adelante.


El señor, muy amable, me enseñó mi habitación de 4 literas y me hizo oler las sábanas, que olían a suavizante, y había una manta. Luego me di cuenta que se las hacía oler a todo el mundo. Me sentí usado. El baño era como el de una casa particular, con ducha moderna y todo muy limpio (había otro en el piso de arriba). Había secador del pelo también. Me dejó lavar mi ropa y podía usar el tendedero, el lavadero y una pastilla de jabón gratis. ¡Hasta pinzas de la ropa! Si te daba una toalla eran 3€, así que fue la primera vez que tuve que usar la toalla de microfibra, y no estaba mal.

Caldo gallego en el menú del día. Cuidado,
que el cucharón quema (nadie me advirtió 😒)

Presupuesto

  • Desayuno del Mercadooona, Mercadona = 3€
  • Almuerzo en Posada del Camino = 6,30€
  • Comida en Casa Cruz (menú del día) = 10€
  • Cena de supermercado = 3,05€
  • Albergue = 10€
  • Total gastado Día 1 = 32,35€




Día 2: Portomarín - Palas de Rei (24,67km)


Una de mis favoritas de todo el Camino. Preciosos paisajes

La preparación por las mañanas era longeva. El dedo seguía sangrando pero lo recubrí con una venda y las fundas de silicona (el otro también, que lo tenía un poco morado). ¡Y a la marcha! Manga corta se ha dicho, como un hombretón del norte. Frío, nada, que si no luego tengo que quitarme la chaqueta.

La manada de gente que seguía la senda era masiva. Desde luego, no podías perderte. Hay quien dice que se pierde el encanto, pero ¿qué más te da a ti? Ve a tu bola y disfruta tu experiencia. Personalmente me molestaba llevar a un grupo grande de gente cerca porque no paran de hablar bastante alto y te saca de atmósfera, pero los adelantas o paras un poco y listo.

Mi estrategia el segundo día fue diferente. Me lo tomé con calma y al primer bar que vi (8km andados) paré a desayunar fuerte y a descansar. Lo de comprar cosas en el supermercado y cargar con ello no me iba (falta de espacio, más que nada). Y aún llevaba los frutos secos sin abrir.

Notaba el dedo del pie a cada paso, pero tampoco me dolía mucho. Los bastones amortiguaban bastante y yo trataba de no poner peso en los dedos de los pies. Lo que más miedo me daba era quitarme las zapatillas al llegar y ver el desastre. Los últimos kilómetros se me hicieron interminables, aun con parada 5km antes de llegar para hidratarme y no acabar como el otro pobre hombre que murió. Había parado un par de veces y llegué a Palas de Rei casi a las 14:00. El sol quemaba y hacía mucho calor. Al día siguiente saldría más temprano, ya que la etapa era un poco más larga.

Ay, qué calol
Al llegar al albergue y al acabar de ducharme me di cuenta que no había cogido la toalla, típico. En pelotas y sin nada con qué secarme... así que me tuve que secar con la camiseta sucia. Sí, ahí queda la anécdota del día.

Y las uñas de los dedos gordos, para mi incredulidad... ¡Estaban mejor! Siguió supurando, pero pensaba que estaría sangriento y no estaba mal. Había esperanza.

Lo de la leche de soja no ha llegado a los bares del norte, por desgracia. Era tomar café solo o cagarme la pata abajo. En el bar del albergue tenían leche sin lactosa, pero cuando huele a vaca nunca me fío 😒

Por la tarde ya notaba las agujetas en las piernas, pero podría haber sido peor. El resto del día fue aburrido y de descanso.



Sí, a veces me sale el chungo de Valencia
que llevo dentro, qué pasa.
El sistema literas-cápsula me gustó mucho. Tenía mi espacio para poner mi mochila, una balda para poner mis cosas, enchufe, una luz y cortina para aislarte de los pesados habladores y de la luz y ruido por la noche. Me dieron sábana y funda de la almohada desechables. No sé por qué pero me tocaban siempre las literas de arriba (sube, baja, sube otra vez, baja otra vez) y algún pesado que otro. Con familia repelente incluida de vecinos, la típica mujer adulta que sigue viajando con los padres me cogió las zapatillas y me dijo que se dejaban abajo, casi poniéndomelas en la cara. Luego me dijo que los palos se dejaban fuera (para que te desaparezcan). Yo la miré como diciendo, "Quién coño eres tú para decirme qué tengo que hacer porque eso no me lo habían dicho ni en recepción. Suelta mis botas o te corto las manos (y si tuviera 20 años menos le partaría la cara)". Luego ambos padres roncaron con acordes a dos voces durante una interminable siesta en la que vibró toda la litera. Al día siguiente se bebieron un buen vaso de leche para desayunar, con lo indigesta que es y el aliento a pezón de vaca que te deja. Los más listos del lugar, vaya. Estos iban de rollo ratero de comida de supermercado. Imagino que si se viene de más lejos no te puedes estar gastando todos los días en bares.

El albergue tenía sala de lavandería para poder lavar tu ropa a mano o a máquina (pagando extra), y tendedero, pero no pinzas. No obstante, está un poco apartado y me reventó cuando llegué al pueblo, sabiendo que tenía que llegar a la otra punta, porque estaba muy cansado. Aquí tenían ventaja los improvisados, que se podrían quedar en el primero que pillasen.

Pulpo a la gallega, parte del menú del día, ¡ñam!
Desayuno de obrero


















Presupuesto

  • Desayuno en Café-Bar Gonzar = 5,90€
  • Comida en Mesón A Forxa = 9,50€
  • Cena de bocadillo del bar del hostal = 4,50€ (os habéis pasado un poquito)
  • Albergue = 10€
  • Total gastado Día 2 = 29,90€


Día 3: Palas de Rei - Arzúa (28,13km)


Campos y campos de maíz

Al salir del pueblo se toma el camino siguiendo la carretera y hay un momento que te tira para arriba. Yo vi a un señor que seguía por la carretera pero decidí continuar por la ruta oficial. Nunca sabes a dónde va a ir un extraño. Después de subir una cuesta y pasar cuatro casas, volvió a bajar a la misma carretera. Me cagué un poquito en su madre.

Salida bien tempranito, que era etapa larga
Ese día fue el primero (y único) que necesité la linterna, aunque estaba amaneciendo y tampoco te creas, pero al ir a encenderla se había quedado sin pilas. Suma y sigue.

A buen paso y sabiendo que mis pies estaban mejor, hice 10km en hora y media y paré a comerme unos frutos secos, que tenía la bolsa llena desde que los compré en el Mercadona, e hidratarme bien, para aguantar hasta el desayuno. La temperatura era ideal. Nada como madrugar, cunde el día que no veas.

A mitad camino pedí a una pareja, Andrés y Belén, que me hicieran una foto y seguimos andando juntos hasta el desayuno. Muy majos y mi primera interacción prolongada, digamos, ya que yo no las busco tampoco, pero si conectas con las personas se agradece. Paramos a desayunar en una pulpería recomendada en Melide y probé el pulpo a freira, que es hervido y está muy tierno. Después nos separamos porque se juntó un grupo de gente bastante grande y yo prefería ir a mi marcha, aunque luego me alcanzaron. Cada uno va a su ritmo y te juntas y desjuntas a menudo.


Los últimos kilómetros siempre se hacen largos, aunque descanses. Se pasa mejor si vas hablando. Y una súper cuesta que no me esperaba no ayudó, ya que cogimos un camino por el bosque que creíamos era el principal, pero el Complementario que iba por la carretera me dijeron luego que era 2km más corto. Por lo que dicen, los caminos complementarios no significa necesariamente que sean más largos.

Por la tarde me dolían las piernas más que nada, los pies bien y las uñas parecía que mejoraban. Al levantarme después de un rato, andaba como un zombie.


Muy tranquilo y en pleno Camino, pero en Arzúa. Las habitaciones son pequeñas. Compartí litera con una persona solo y la habitación tenía llave. Tiene para lavar la ropa y pinzas y tendedero. El wifi, estupendo. Dan sábanas y funda de la almohada, de tela. Mantas disponibles. La mujer me dejó un secador y me lavé el pelo.

Cuando pensaba que tendríamos una noche tranquila, apareció un grupo enorme de americanos e invadió el albergue, tomando posesión de todo como si no hubiera nadie más. Sin poder concentrarme para leer ni con los tapones puestos, una vez volví de darme la vuelta dieron por saco hasta por la noche. Eso sí, dormí como un angelito porque hablamos con ellos para que bajaran la voz.

La de árboles frutales que crecen salvajes en Galicia.
Creo que nunca había visto un castaño en mi vida.


Presupuesto

  • Desayuno en Pulpería a Garnacha = 7,20€
  • Comida en Café-Albergue Ultreia = 10€ (menú del día, opción vegetariana)
  • Cena de supermercado = 2,50€
  • Albergue = 10€
  • Total gastado Día 3 = 29,70€


Día 4: Arzúa - Pedrouzo (19,45km)



Primer día con lluvia, aunque no excesiva. Saqué el poncho ultrafino para descubrir que era básicamente una bolsa de basura pija: con mangas y capucha que no se quedaba en la cabeza, en un color amarillo muy mono. Puesto que daba mucho calor, me lo quité en cuanto pude.

Señoras del norte muy auténticas #fan
Apo, mare














Solo paré a mitad camino y ya está. El sol no salió, así que la etapa fue un paseo en barca, ya que era bastante corta (y más en comparación con las dos anteriores).


Se ven coches muy antiguos en Galicia.
No había visto un Renault 5 desde el año catapún
Parte del camino, muy cuco




















Por la tarde me empezó a doler la rodilla izquierda y se me puso caliente. No creía haber hecho ningún esfuerzo pero me tomé un ibuprofeno. También ayudaría con las agujetas, que cada vez que me levantaba parecía una anciana. Luego me di cuenta que me había salido una ampolla en el dedo anular de llevar los palos. Iba cambiando la manera que los cogía dependiendo de la inclinación, pero debía de tener más cuidado.




El que yo pensaba que era público porque no me dejaron reservar, resultó ser privado. Me dieron sábana y funda de la almohada desechables. Antes de estos días, había olvidado lo tedioso que es hacer la cama en una litera (deslomación! Sácale un huesito y el corazón). Había manta también y música zen de fondo.

Yo llegué casi a las 12. A la 1 ya estaban rechazando la entrada porque solo acogían a gente que venía de Roncesvalles para las camas que les quedaban. Menos mal que me dijo por teléfono que había camas hasta las 19:00, cabrón. Si no llego a ser precavido y llego tarde me hubiera pasado como a los grupos de gente que iban preguntando de hostal en hostal. En pleno verano y habiéndose juntado tres caminos en uno, los albergues estaban más llenos. Luego más tarde, como no se presentaría nadie más, admitieron a otros peregrinos, pero para mi beneficio la litera de al lado de quedó vacía.

Desayuno con meigas en Restaurante Boavista
Menú del día















Esa tarde tuve un momento rubia y tendí mi ropa sin darme cuenta que estaba muy nublado, así que cuando estaba comiendo se empapó. Luego metí dinero en la secadora y se quedó atascado. El señor del albergue me dijo que había que meter unas fichas que él daba por 3€ y que si no había visto el cartel (¡¡Francisco!! ¿Hay alguien ahí?) y que no merecía la pena para dos cosas ya que no se podía parar. Al día siguiente la ropa no estaba seca, así que fue dentro de una bolsa, ya que iba a llover al día siguiente también y no podía hacer el truco ese de colgar la ropa fuera de la mochila.

Presupuesto

  • Desayuno en Restaurante Boavista = 7,80€
  • Comida menú del día en Amigos = 10€
  • Fruta del Dia para cenar = 2,55€
  • Albergue = 10€
  • Total gastado Día 4 = 30,35€


Día 5: Pedrouzo - Santiago de Compostela (19,28km)


Amaneceres que quitan el hipo

La salida de Pedrouzo no está muy clara, pero había tanta gente andando que solo tenía que seguirlos.

El ánimo estaba fuerte, sabiendo que era el último día y que no era muy largo. Comenzó el día lloviendo, paró y luego empezó a llover bastante fuerte, momento de desayunar y tomar ibuprofeno.

Poncho-bolsabasura en acción.
¡Ánimo, que ya no queda nada!
Uno de los pocos mojones que aún conserva
la placa de los kilómetros. Una vergüenza lo paleta 
que es la gente (además de los rayajos) 





















La etapa fue más o menos como el día anterior pero con alguna cuesta más.

¡Por fin llegué! Una pena que 
la catedral estuviera toda tapada
Cuando llegué al centro de Santiago pasé por delante de la catedral y ni la vi. Estaba en obras y estaba toda tapada, así que me la pasé de largo mirando la bandera del orgullo que tenían colgada en la fachada de enfrente (válgame, qué van a pensar todos esos grupos de religiosos que han andado desde Francia para ver esa depravación). Después de ponerme en la cola equivocada, que era para entrar a misa, se me ocurrió preguntar y ya me mandaron a la Oficina de acogida al peregrino, donde se consigue la Compostela (mirad el mapa debajo). La cola fue eterna y no sé cómo no han agilizado este proceso sabiendo la cantidad de gente que se espera. Es lo último que te apetece después de estar todo el día andando, y menos si aún llevas la mochila, que por cierto, no te la dejan entrar en la catedral. Yo ni me molesté, ya que creo que ardería en llamas (¡¡arrepiéntete de tus pecados, sodomita!!). En la cola conocí a un chico que daba la casualidad que estaba en mi albergue y me acompañó luego.
Está muy mal indicado (por no decir nulo), así que
aquí estoy yo para sacaros del apuro

Cola para pedir la Compostela
Los frutos secos llegaron a Santiago, como vaticiné, llegaron a Madrid y si no los tiraba, a Gales (en efecto, aquí siguen).
Por la tarde fuimos a un spa a relajarnos, porque nos los merecíamos, y me dolían las piernas y la rodilla, y conocimos a otro chico local que luego nos llevó de tapas. Probamos pulpo de nuevo y una tapa de tortilla gorda y medio cruda por dentro, como parece la norma en Galicia y como a mí me gustan, pero sobre todo nos sorprendió la ración de calamares: crujientes por fuera y muy tiernos por dentro. Comentaron la posibilidad de hacer excursiones de un día a A Coruña o a Finisterre. En el camino mucha gente sigue andando hasta Finisterre (el fin del mundo, o lo que los romanos creían que era). La noche se alargó y por si lo estáis pensando, no hubo trío.




Muy cerca de la estación, como su nombre indica, con sábanas y funda de almohada de verdad, tienen habitaciones de dos por el mismo precio. Yo tuve suerte. Taquillas con llave para dejar tu mochila, un punto a favor. Al día siguiente me guardaron la mochila todo el día.

Presupuesto

  • Desayuno en Casa de Amancio (zumo de naranja y dos croissants con jamón y queso, me hubiera sobrado con uno pero, como dice mi madre, como más con los ojos que con la boca) = 5,80€
  • Comida en Restaurante Roma (menú del día) = 9€
  • Spa Espaget = 11€
  • Tapas compartidas en La Tita y Orella= 10,20€/persona
  • Albergue = 12€
  • Total gastado Día 5 = 48€



Día de relax: Excursión a Finisterre


Por la mañana me levanté pensando qué iba a hacer en todo el día hasta coger el avión por la noche, y me acordé de la excursión a Finisterre que habían mencionado el día anterior, así que lo reservé por internet y me fui para el centro, de donde salía. No me enviaron el email de confirmación así que llamé al teléfono de la agencia y me dijeron que el bus estaba casi completo y que fuera a plaza Galicia de donde salía para ver si me dejaban. Por suerte, sí, pero reservad con tiempo si planeáis ir. Salimos a las 9 y volvimos a las 18:30. En el bus me senté con una señora de Puerto Rico, Norma, y al saber que era una experta en bonsáis nos pasamos todo el camino hablando de ese tema. El resto del bus no odiaría a muerte pero yo aprendí mucho de cómo cuidar bonsáis. El tour incluía varias paradas:
  1. Muxia; la iglesia que le cayó un rayo y luego la inundaron las olas del mar en la misma semana (¡¡señal de Dios!!) fue reconstruida, aunque pasaron de rehacer los relieves de dentro e imprimieron un vinilo y lo pegaron en la pared. El guía (que estaba de toma pan y moja) nos contó otra historia de una barca de piedra en la que llegó la Virgen María para ayudar a Santiago a forzar esparcir la fe cristiana, con "partes" de la barca aún sobre las rocas.


  • El faro de Finisterre; parada en el km 0 donde acaba el Camino de Santiago que algunos peregrinos deciden continuar hasta aquí. Si venís, traed la credencial porque aquí ponen el último sello. Aunque no lo hayáis hecho andando, es un recuerdo. El faro es bastante decepcionante, la verdad, pero las vistas del océano Atlántico lo compensan todo. Los romanos creían que al atardecer el sol se apagaba metiéndose en el mar para volver a encenderse por las mañanas.

km 0 del Camino de Santiago en Finisterre




















  • Pueblo de Finisterre; aquí paramos a comer. Lo suyo es comer pescado fresco o marisco, que venía incluido en menús del día. No hay mucho más que ver, pero la comida estaba muy buena.

Lenguado, ñam. Se me hace raro ver pescado
con la cabeza y espinas (en UK les da asquito)
- Y de postre tenemos flan, Tarta de Santiago...
-¡Tarta de Santiago! (y así todos los días)











  • Cascada del Ézaro; rodeada de las montañas que los celtas creían hogar de los dioses (ladera de un volcán extinto) y que sufrió un incendio que la dejó pelada, presume de ser el único río de Europa que desemboca en cascada. Impresiona de cerca y fue lo que más me gustó ese día.


  • Hórreo de Carnota; después de verlos todos los días durante el camino, por fin explicaron para qué sirven estos arcaicos almacenes de cultivos, queso y carne. Están soportados por pilares diseñados de una manera que los elevan y protegen de roedores. En este pueblo se encuentra el segundo más grande, que surgió de una competición con el del pueblo de al lado y que no ganó (y no te llevan porque estaba a 20 minutos andando y era lo mismo pero un poco más grande).


La excursión es muy recomendable y si tenéis tiempo ofrece algo más que pasarse el día en Santiago. Eso sí, me pasé el día cojeando con la puta rodilla. No pintaba bien.

Ya en el aeropuerto me encontré con Gema, que no la había visto desde el primer día. Se había lesionado también y había acabado un día más tarde. Andábamos los dos con la mochila puesta como si volviésemos de la guerra, pero habíamos acabado.

La gilipollez máxima fue que en el aeropuerto de Santiago te hacen facturar los palos de andar, cuando en Cardiff, llevándolos dentro de la mochila, no me dijeron nada. Pero nos dijeron que ni dentro ni fuera, que nos los quitarían. No te cobran nada, pero luego tienes que esperar a que salgan en la cinta de equipaje cuando llegas a tu destino. En Barajas tampoco me dejaron. Y por no facturar les dije que los tiraran a la basura.

Presupuesto

  • Desayuno en Café Venecia = 3,60€
  • Comida menú del día en Restaurante El Puerto (marisco y pescado fresco) = 12€
  • Excursión con Tour Galicia = 35€
  • Cena en el aeropuerto, La Pausa = 8,65€
  • Total gastado Día 6 = 59,25€



Conclusiones


Empiezo este sección advirtiendo que esta fue mi experiencia a fecha de junio 2017, verano y con caloret caloret. No asumáis que si lo hacéis, lo vais a encontrar todo igual, pero espero que ayude y guíe.


Cosas a llevar

Así es como NO hay que hacerlo, niños.
Si la mochila abulta más que tu cuerpo, mal
Me sentí atraído por el precio de la mía,
pero me hacía falta una más grande














  • Mochila, recomiendan de 40-50 litros (llena no debe de superar el 10% de nuestro peso), que tenga funda impermeable para taparla cuando llueve, parte de atrás rígida y transpirable y correas acolchadas (las del pecho y las de la cadera quitan un montón de peso de los hombros). Yo me la compré de 33 litros, viendo que podía embutir todo dentro, pero debería de haberme comprado una mochila más grande. Todo por racanear. Fue una lucha diaria para meterlo todo dentro. Aunque hubiese ido medio vacía, una más grande y con bolsillo para meter el agua hubiera sido mejor. La diferencia en peso son gramos. Además, las grandes llevan unas cintas en la cintura más amplias que hace que apenas se apoye la mochila sobre los hombros. 
  • Ropa: lo básico de lo básico. Los "por si acaso" son los que te van a llenar la mochila. Nadie va guapo en el Camino.
    • Cortavientos impermeable (dos en uno, te resguarda del frío y la lluvia). Esta fue la única pieza de manga larga que llevé y no me hizo falta más. Lo usaba sobre todo por las tardes
    • Poncho impermeable. Porque si aunque cubras la mochila con su funda y tú con tu impermeable, el agua de lluvia te cae en la espalda y te la moja entera
    • 2 camisetas transpirables y 2 pantalones cortos (que se sequen rápido) 
    • Una camiseta para por las tardes (si se ensucia se lava y punto)
    • 2-3 pares de calcetines, sobra (sin costuras y que se sequen rápido, me lo agradeceréis cuando los tendáis) 
    • Gorra de un color claro por si hace sol
    • Zapatillas de trekking. Comprar con antelación y usarlas para que el pie se acostumbre y sean cómodas (2 números más, porque el pie se hincha). Membrana Gore-tex es lo mejor en cuanto a impermeabilidad y la suela Vibram se supone que la más cómoda para andar
    • Zapatillas/chanclas para por la tarde y que el pie transpire, que sirvan para la ducha si no te quieres llevar un tercer par
Mi compromiso calidad/precio
Así acabaron las pobres












  • Aseo: 
    • Productos de aseo
    • Pastilla de jabón para lavar la ropa para poder frotar. El jabón líquido no funciona tan bien. Pinzas de la ropa (en alguno sitios hay cuerda pero no pinzas) o imperdibles para colgar la ropa en la mochila al día siguiente si no se ha secado
    • Crema solar pequeña, si te hace falta (yo no usé)
    • Recomiendan llevar una aguja para pinchar las ampollas pero yo no tuve problemas con mi Compeed. Dicen que hay que pasarle un hilo y dejarlo para que drene y no se cierre
    • Esparadrapo (para ponerte en los tobillos). Imprescindible si eres pies-pupas como yo
    • Vaselina para los pies
    • Botiquín con gasas, tiritas, Compeed (una caja para un apuro), tijeras (para cortar gasas para curas y esparadrapo) y algún producto antiséptico como Betadine en crema para usar a diario cuando te pasa algo. Las toallitas antisépticas van bien para una vez, pero no hay suficiente para curarte todos los días. No me hacía falta mil tipos de Compeed  como me llevé porque hay farmacias en todos los pueblos y en todas lo tienen (están en pleno camino)
    • Toalla de microfibra (no pesa nada y seca bien)
    • Tapones para los oídos y máscara para dormir. No sé vosotros, pero sin estos yo no hubiera dormido nada
  • 2 bastones de trekking
  • Linterna para la cabeza (para por la mañana si aún no es de día, para que veas y que te vean)
  • Saco de dormir (por si no hay sábanas en algún sitio). 100% poliéster es lo que menos pesa, pero tenía que haber preguntado en los albergues reservados si daban manta y sábanas. Me hubiera dejado la funda de la almohada y el saco de dormir, que no solo pesa, sino abulta. En todos tenían mantas y en todos me dieron sábanas. El saco no salió de su bolsa en todo el viaje
  • Manta térmica dorada, no pesa nada y te puede sacar de un apuro. No la usé, pero no me molestó
  • Botella de agua que lleve asa para llevarla en un bolsillo de la mochila. Recomiendan de 1 litro pero a mí me dio de sobra con la de 750ml, aunque no hizo mucha calor. La llevaba siempre llena y tener en cuenta que es 1kg más. Yo bebía de las fuentes (deberían de haber más) o cuando paraba a descansar
  • Recomiendan llevar un enchufe ladrón porque en los albergues no hay muchos enchufes, pero yo no tuve ese problema 
  • Una riñonera lo es todo. Va pegada al cuerpo y no molesta ni da calor. Para mí fue imprescindible para llevar el móvil, la credencial y la cartera y así los tienes a mano para hacer fotos, sellar y pagar. No me imagino haberme tenido que quitar la mochila cada vez si no la hubiese tenido. Me compré una barata que se rompió por dentro el primer día. A la próxima me compro una mejor y un poco más grande (iba petada)
Sexy, sexy, sexy


Otros consejos

  • Facturad la mochila si no queréis tener problemas con los bastones. En Cardiff no me dijeron nada, pero en España me dijeron que las reglas no lo permiten 
  • Si sois más aventureros, no es necesario reservar alojamiento. Excepto una etapa que me contaron antes de Sarria que la gente tuvo que dormir en una cuneta del camino, en las que yo hice la gente llegaba y en algún sitio u otro tenía plaza (cada uno que tome sus riesgos). Y si no sois tan cuadriculados como yo, no hace falta ceñirse a las etapas porque hay muchos otros albergues entre medias y en otros pueblos. Eso sí, menos cosas que hacer si es un sitio aislado o pequeño
  • Al más mínimo dolor, acudid a una farmacia. Están muy acostumbrados a ver ese tipo de lesiones y te pueden solucionar la papeleta como a mí con las uñas de los pies
  • Cuando lleguéis al albergue lo primero es ducharse y lavar la ropa para tenderla y que se seque
  • Hacer estiramientos al acabar las etapas y durante también, amén de quitarse las zapatillas para que respire el pie y no sude (si frota, roza)
  • Taxis de mochilas; yo no los usé. Es como la señora rica que tiene hijos y luego se los cuida la niñera. Para mí la experiencia es más plena si llevas tu mochila. Si no, parece que te vayas a dar un paseo por el campo. A no ser que tengas un problema de salud o te pase algo durante el camino, yo me opongo
  • Consejo personal: ¡Pedid números de teléfono a la gente! Yo pensé que vería a personas más adelante pero luego no las vi y a lo mejor estábamos todos aburridos cada uno en su albergue al terminar las etapas
  • Y lo más importante: disfrutad del camino, del paisaje y de los sitios turísticos que podáis ver. No sirve de nada llegar el primero. Tomaos tantos descansos como necesitéis, aunque quede poco para llegar. Recordad que no hay ganadores ni perdedores, sino que todos somos peregrinos con una misma meta; llegar a Santiago
  • Presupuesto de todo el viaje (sin contar vuelos/tren); 25,40+32,35+29,90+29,70+30,35+48+59,25= 254,95€. Teniendo en cuenta que no me privé de nada, es un viaje bien barato que todavía puede serlo más, dependiendo de cada uno
A día de hoy, es un hecho que la uña del dedo del pie se me va a caer, pero aun así ha valido la pena y lo haría mil veces más. Espero que os animéis a hacer el Camino de Santiago, ya que es una experiencia única, gratificante e inolvidable. Un tipo diferente de vacaciones para aventureros y cualquiera que desee enfrentarse a un reto con los verdes paisajes de Galicia como escenario y la maravillosa comida española como acompañamiento.


¡¡¡BUEN CAMINO!!!